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El proceso de fabricación del fagot actual difiere considerablemente del modo en que se construía antaño, en primer lugar porque los primitivos fagotes se obtenían a partir de un solo bloque de madera, pero sobre todo por el hecho de que a partir del siglo XVII se fueron añadiendo de forma paulatina más llaves al cuerpo de instrumento.
Actualmente, el cuerpo del fagot está compueto por cuatro partes de madera, generalmente arce o polisandro. Dado que el resto de las partes (aros de unión, llaves y tudel) son metálicas, resulta frecuente que no se fabriquen el mismo lugar, sino que sean encargadas a constructores especializados.
Una vez que se han trabajado y pulido las secciones tubulares, se practican los orificios de digitación y se procede a barnizar la madera. aunque se trate de piezas separadas, el constructor debe prestar especial atención a los puntos de unión entre las partes, que deberán encajar a la perfección. Concluido el trabajo con la madera, se pasa a añadir el mecanismo de llaves, sujeto al cuerpo del fagot mediante tuercas y pasadores, así como los aros de unión que ocultan y refuerzan los puntos de ensamblaje de las diferentes secciones del instrumento.
Aunque es cierto que un fagot de calidad suena mucho mejor que otro construido con maderas menos nobles, también es verdad que, en última instancia, la lengüeta de caña es la mayor responsable de la sonoridad final. Los fagotistas profesionales son muy cuidadosos con la elección de las lengüetas, ya que se deben adaptar tanto a las características de sus labios como al sonido buscado en cada caso. Su fabricación es muy laboriosa y requiere una gran destreza. En la mayoría de los casos son los propios músicos lo que las elaboran, pero también existen artesanos especializados en la fabricación de lengüetas de caña para diferentes instrumentos. La caña, doblada en dos sobre sí misma una vez raspada y pulida, se inserta en el extremo del tudel. Finalmente, se corta el extremo superior y se sigue limando hasta que el paso del aire la haga vibrar.
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